Llega un momento en toda vida de persona humana en que a TODOS se nos pasa por la cabeza: «Joder, qué mayores nos estamos haciendo, tío». Esa depresión momentánea por el hecho de darse cuenta de que la vida pasa más rápido de lo que queremos, se debe a la morriña que sentimos por pensar en el pasado, en la niñez, en los momentos vividos, recordando viejos amigos, parejas pasadas o, simplemente, viejos tiempos felices… Ya lo decía Karina. «Cualquier tiempo pasado nos parece mejor«.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=ShGH_3DFmk4[/youtube]
El caso es que hay una serie de costumbres que, al volver la vista atrás (uuh, uuhh), me he percatado de que no deberíamos haber dejado atrás, que tendríamos que seguir conservando y, hoy desde aquí, quiero hacer una reivindicación por todos estos hábitos pasados. A ver qué os parecen.
1) Las tarjetas de felicitación para los cumpleaños
Ahora con un simple Whatsapp se supone que nos ha de valer. Y no. Con lo cuquis que son las felicitaciones escritas a mano, por favor. Ahora con la moda del scrapbooking (manualidades de papel) parece que los Christmas y las tarjetas de cumple van a volver. ¡Bieeeen!
2) Llamar desde un locutorio en verano
Como cuando no teníamos otra forma de comunicarnos más que la de: «¡Niño, acércate a la cabina y avisa de que ya hemos llegado!». Y así, retomando esta maravillosa costumbre, olvidarnos un poquito del móvil, al menos durante las vacaciones. Yo creo que no estaría mal.
3) Las tardes en el parque con los amigos
Haciendo nada. Porque unas pipas y una laaarga tarde entera hablando de tonterías o solucionando el mundo eran suficiente para ser felices. Porque los amigos, los verdaderos amigos, son los que estuvieron, están y quedarán para siempre. Esos con los que hemos crecido y madurado; junto a los que hemos vivido nuestros peores momentos. Y también los mejores. Poco más que decir.
4) Comer sin «espera, foto para Instagram»
Eh, eeeeeh. EEEEEH. En serio. Es comida, ¿vale? CO-MI-DA. Así que, basta de bodegones fotográficos cuando al comensal de al lado se le está cayendo la babilla y, a comer. Gracias.
5) El besito de buenas noches
Y si es el de mamá, con cien veces más de razón. No lo neguéis, aunque os hayáis independizado y seáis súper felices en vuestro pisito compartido en Malasaña, ese beso después de arroparte, que te hace soñar con los angelitos… í‰se, nunca debería caer en el olvido.
6) … Y los «cinco minutitos más, por fa»
Nada por lo que madrugues será nunca tan importante como para no poder esperar esos cinco minutos de más que te dan la vida cada mañana. Recuérdalo. Es una vieja y mala costumbre, sí. Y siempre consigue hacer que llegues tarde, sí. Pero, ¿y lo agustito y lo calentito que se está? Eso no está pagao.
7) Bailar como si no te mirase nadie
¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¡¡¿¿ POR QUí‰??!!
¿Por qué hemos permitido que el postureo entre en nuestras vidas y nos coarte de esa manera? ¡NOOOO! Con lo felices que éramos viendo bailar a Carlton e incluso imitándole por la calle. Yo digo BASTA a la sosez humana.
… En definitiva, ser nostros mismos
Porque eso será lo único que nos haga realmente felices mientras estemos aquí. He dicho.
Y vosotros, ¿qué otros hábitos se os ocurren que deberíamos recuperar?