Todos sabemos que el running (CORRER de toda la vida, vaya) esá teniendo un boom en los últimos años. La vida sedentaria que llevamos nos empuja a buscar un huequecito de nuestro tiempo libre para movernos un poco.
Del running sobre todo nos hace gracia la parafernalia que rodea al hecho de salir a correr; la vestimenta, el aparataje espacial tecnológico (caridómetro, pulsómetro y otros miles), la ingente cantidad de aplicaciones para el móvil (para medir pulsaciones y otras muchas chorraditas que os motivan). Pero, sin duda, lo más alucinante es la propia mentalidad de los runners. Es como una religión.
Cada vez es más común que entre tus amigos escuches: «No, yo es que… Soy un runner». Y tu cara de póquer posterior.
Además, siempre te cuentan lo buenísimo que es para ellos el hecho de serlo… Y tú siempre piensas: «yo también quiero». El problema es que nunca te ves suficientemente capacitado, ni sabes exactamente por dónde empezar.
¡Traaaaanquilo! Con este artículo ha llegado tu salvación. Aquí tienes las claves para empezar a molar.
1. No correrás. Saldrás a «hacer running».
2. Te conjuntarás y cuidarás los complementos sobre todas las cosas.
Tops, con los logos bien grandes. Leggings, bien ceñidos y de estampados de nebulosa espacial. Botellita de agua, muy práctica y siempre a mano (al igual que la mini-toallita). Muñequeras, cintas, gorras o viseras para estar perfecta pero… ¡Ojo! No abuses demasiado, no querrás parecer una monitora de aerobic de los 80. Mantén siempre tu pelo muy cuidado y jamás uses calentadores.
3. Honrarás los tonos flúor.
Siempre. Algún detalle fosforito no puede faltar y lo sabes. Los runners son horteras por naturaleza… Que se te vea bien, que para eso corres.
4. Actualizarás todas las redes con tus marcas diarias.
Acompañadas siempre de hastags de auto-motivación. #YoPuedo #Superándome #PorqueYoLoValgo. Cuantos más y más absurdos, mejor.
5. Subirás selfies súper deportivas.
Tanto de ti mism@ en el gym o en la calle, (bajo el título de «Sufriendo un día más :P») como de tus zapatillas (último modelo y en algún color flúor, por supuesto). O quizá de tu dorsal para la última carrera a la que te apuntaste.
6. Estarás a la vanguardia total de las aplicaciones running.
Así como de los últimos accesorios tecnológicos. Para controlar tus pulsaciones, ritmo cardíaco y otras muchas cosas de las que no tienes ni idea (ni yo tampoco). Pero querrás tenerlos todos. Nosotros, que os queremos mucho, ya os hablamos de esto hace tiempo.
7. El running será el tema central de todas tus conversaciones.
No es que no sepas hablar de otras cosas… ¡Es que no quieres! ¿Por qué? Pues porque te gusta hacernos saber al resto de mortales blandurrios lo en forma que estás, lo maravillosamente bien que te hace sentir interiormente, lo estimulante que es y cuantísimo ha cambiado tu vida a mejor desde que eres un runner.
8. No correrás en vano.
Es decir, no correrás por otros motivos que no sean «hacer running». Jamás correrás si pierdes el autobús. Y en el metro, por las escaleras mecánicas SIEMPRE. No hay excepciones en esto.
9. Amarás a otros runners.
Son el prójimo. Ten esto en cuenta ya que el running une mucho: siempre que veas a un verdadero runner, os sonreiréis. (¡Ojo! He dicho un verdadero runner, no un tío cualquiera que ha salido a correr una tarde esporádica. Eso se nota; date un poco de tiempo).
10. Las cervecitas de después no te las quitará nadie.
Ni tu padre ni tu madre. Eso es así. This is Spain. Y por mucho que te esfuerces, la tentación está y estará ahí. En cada rincón, en cada bar…
Te aseguro que si tienes estos diez preceptos siempre en mente, eres constante y practicas running cada día, sin importar si llueve, truena o nieva, comes sano entre semana (aunque los fines de semanas te pongas hasta el ojete, no pasa nada) y sobre todo, estás continuamente quejándote de tu cuerpo ante tus amigos (aunque ellos, sinceramente, te vean genial)… Podrás convertirte en un auténtico runner de las zapatillas de running los pies a la cabeza.
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