Este no es el primero ni el último post sobre Miley Cyrus. La que fue durante años Hannah Montana (¿alguien se acuerda ya de ella?), se ha convertido en una mini Madonna, con pequeños guiños de Lady Gaga y algún que otro recuerdo de los mejores tiempos de Britney Spears. Todo comenzó con un corte de pelo que revolucionó Instagram, Twitter e Internet entero. La chica Disney dejaba de serlo. Desde ese momento se olvidó de los estilismos infantiles: vestiditos, faldas… Para convertirse en lo que es ahora:
Ahora Miley podria ser coronada como reina de esta sección, debido a sus outfits poco apropiados para eventos Hollywoodienses y más acordes a un club nocturno… Ejem. ¿Para qué poder llevar un Prada si puedes llevar dos harapos mal cosidos sacados de una tienda macarra de El Rastro? ¿Para qué subirte a unos Jimmy Choo si te puedes plantar unas botas blancas propias de Julia Roberts en Pretty Woman? Y sobre todo, ¿para qué insinuar si puedes mostrar toda tu anatomía?
Que sí, que está genial sacar tu vena rebelde y ponerte lo que te venga en gana… Pero pudiendo elegir entre vestidos de alta costura, no sé por qué se queda con esto:
Me da igual que sea de Dolce & Gabbana. Así no.
Los crop tops, los maillots, los sujetadores, la lencería color nude (para la calle)… Toda la ropa hortera que se te puede pasar por la cabeza, Miley se la ha puesto. Raro que todavía no la hayamos visto sin ropa en una alfombra roja. Si hacemos memoria, en su último videoclip ya la hemos visto ligerita… Aunque eso sí, filmada por uno de los mejores fotógrafos del momento, Terry Richardson. Ella sí que sabe.
A todo esto hay que añadirle, aunque no lo parezca, que Miley tiene una estilista: Simone Harouche. La labor de Harouche no logro comprenderla, puesto que en cada aparición, la ex Disney girl va hecha un auténtico cuadro… Estrategias de marketing, quizás. Si la hija de Billy Ray Cyrus quería llamar la atención, sin duda lo está consiguiendo. Hay quien prefiere salir en las listas de las mejor vestidas, y hay quien prefiere todo lo contrario. “Y que más da, sin son cosas de la edad…”, como diría la canción. Esa podría ser una buena respuesta. Yo sin duda, me sigo haciendo una pregunta: ¿Por qué vas vestida así Miley?
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