Pasada la Semana más Santa del año, vuelta a la normalidad. Y con ella nuestros ritos musicales con los que acercarnos urgentemente a un fin de semana que nos devuelva a la vida impura que tanto necesitamos.
Volver a esa normalidad hace que volvamos a escuchar canciones que posiblemente no escuchamos durante los días laborales -y, si me llevas la contraria, puedes empezar a plantearte ciertas cosas-. Canciones que te incitan a mover la cintura de una forma completamente contraria a la inercia natural. Sonidos que hacen que aguantes en cuclillas más tiempo del que jamás habrías imaginado. Subiendo y bajando… Perreando. Unos más y otros menos. Pero todos al ritmo de las mismas canciones. Las suyas. Las del Rey: Pitbull.
Y me ha dado por pensar en las claves de su éxito. En los mandamientos que cumple a raja tabla para poder mantener la corona verano tras verano. O, más bien, en los que no cumple. Porque una vez más, los malos ganan -los chicos malos, quiero decir-.
Santificarás el día del Señor
Para Pitbull el día del Señor podría ser el sábado. O el viernes. Hasta el jueves si hay ambiente que le permita ser el alma de la fiesta. Santifica constantemente el día en el que la vida es fiesta. Día que goza y día que se lleva con él a la «loca» –como suele llamar a sus chicas favoritas- que igual conoce bailando que parando un taxi. Definitivamente, de la Misa del Gallo del domingo no se habla jamás.
Honrarás a tu padre y a tu madre
Dios nos libre -nunca mejor usada la expresión- de dudar del orgullo fraternal hacia Pitbull. Pero si mi hijo contara sus escarceos y aventuras a ritmo de golpe latino, no hablaría de él con mis vecinas en el mercado igual que de mi hijo -con dos carreras, un máster y un FP superior- que trabaja honradamente en el McDonald’s para pagar el piso compartido con siete amigos suyos.
No robarás
Confiamos plenamente en él y desconocemos sentencia perdida que le acuse de plagio. Pero tenemos que ser francos y robarse a sí mismo se considera robo. Y, obviamente, aceptamos que Pitbull podría denunciarse a sí mismo por plagio en algunos –solo en algunos- de sus éxitos.
No cometerás actos impuros
No me extenderé mucho en este mandamiento. Sólo recordar que repasamos los que Pitbull NO cumple bajo ningún concepto como claves de su éxito. Sólo basta con escuchar cualquiera de sus temas -cualquiera- para tener claro que el de no cometer actos impuros es su favorito.
No harás ídolos
Todos quieren compartir canción con él. La lista de colaboraciones es interminable y los nombres con los que puede presumir haber grabado también. Pero cierto es que cualquiera con quien se una, sea de la talla que sea, queda eclipsado ante sus fraseos y tarareos. Pitbull nunca está en la sombra de rapero colaborador. Definitivamente, Pitbull es el verdadero ídolo en cualquiera de sus trabajos.
Y cuando me doy cuenta de que podría casi completar los Diez Mandamientos que incumple Pitbull, con los que entendemos perfectamente las claves de su éxito, me quedo con un sexto. Concretamente, con «No dirás falsos testimonios ni mentirás», porque al fin y al cabo, ¿quiénes somos nosotros para dudar de la leal palabra del rey de nuestros findes más apoteósicos?