Sí, lo reconozco. Soy adicto. Bueno, quizás solo con eso no valga (a menos que esto sea el Show de Oprah y yo sea Lindsay Lohan) pero quizás si os digo que soy adicto a twittear mientras veo la televisión todos os sintáis reflejados. A veces, cuando me encuentro frente al televisor, repartiendo la mirada 50-50 entre la pantalla de mi smartphone y la televisión me pregunto, ¿qué se hacía antes mientras veías el programa o la serie de turno? ¿mirábamos simplemente la pantalla y nos dejábamos llevar por la magia de la caja tonta?. No puede ser, no. No había televisión antes de Twitter. O al menos, prefiero no recordar cuan tedioso podía ser, teniendo en cuenta su duración, ver un programa de La Voz sin que te salga humo de los dedos mientras usas el hashtag de turno.
¿Soy el único loco?. Afortunadamente no, ya que Twitter estima que el año pasado, 32 millones de personas utilizaron su red para hablar de la programación televisiva. Los reality-shows, los programas de humor y los espacios deportivos están a la cabeza de los comentarios en la Red. Los datos (porque sí, nosotros trabajamos con datos, que no somos Intereconomía), como indica el portal PuroMarketing, hablan por si solos: 2 de cada 3 usuarios de telefonía móvil son ‘twittelevidentes‘ y usan su dispositivo durante su consumo diario de televisión. Es lógico pensar que las marcas, las cadenas y las productoras están comenzado a utilizar estos datos para hablar de la rentabilidad de sus programas y espacios publicitarios.
En España ningún formato se escapa a los comentarios del público twittero, que a veces es el peor juez de todos. Es capaz de encumbrar un programa (como Torres y Reyes, Frágiles, Vive Cantando) o cargarse la imagen de una serie con solo un capítulo emitido (Fenómenos, Uno de los nuestros, Campamento de Verano). Nos hemos acostumbrado a que los programas de entretenimiento vayan acompañados de un hashtag sobreimpresionado y a utilizarlo con una rápidez envidiosa, intentando llevarnos el comentario más satírico y mordaz para conseguir el máximo de RT o favoritos. Ser crítico de televisión está al alcance de todos con un solo tweet.
El grupo Mediaset se ha convertido en el líder indiscutible del compendio TV-RRSS. Las productoras Eyeworks-Cuatro Cabezas (¿Quién quiere casar con mi hijo?, Un Príncipe para Corina, Princesas de Barrio, Mujeres Ricas) y Boomerang TV (La Voz, Top Chef, Pekín Express) han entendido que, para bien o para mal, tienen que controlar desde los propios programas la interacción con las redes sociales, estableciendo los hashtags que se deben utilizar y promoviendo desde sus perfiles los comentarios más ingeniosos.
Tal es la importancia de esta audiencia social para todos los involucrados en el medio televisivo que el portal Vertele ha lanzado TrendTV, una nuevo servicio donde podemos enterarnos de los programas más comentados cada día, semana, mes y primetime. De esa forma nos enteramos que además de gran parte de los programas mencionados anteriormente, Aída, Punto Pelota, Palabra de Gitano, Cuarto Milenio, El Hormiguero y los partidos de la Selección Española y el Real Madrid están en el top de los espacios más twitteados. Además, Telecinco (1430513 comentarios acumulados) y Cuatro (1005492) mantienen su liderazgo durante el mes de Octubre.
No solo los programas y series viven bajo la amenaza del tweet fácil. Las caras visibles de cada cadena son sometidas cada día al control del público de la Red. Desde el ‘Gracias Sara‘ a cualquiera de las -habituales- metidas de pata de Mariló Montero. Todo tiene su hueco entre los trending topics del día. ¿Pilar Rubio estrena programa y pincha en audiencia? El día siguiente la red estará llena de chistes luchando por ser el más cruel. ¿Miguel Angel Rodríguez llama cocainómano a un presentador? Será tendencia en unos minutos. En redes sociales todo va demasiado rápido: es el primer lugar donde salta la noticia y el primero donde pasa de moda. ¿Qué pasaría si hoy en día empezasen a emitirse Farmacia de Guardia, Sorpresa Sorpresa o El Juego de la Oca?. Seguramente muchos de ellos no pasarían el filtro de los ‘twittelevidentes‘, y se verían abocados al destierro televisivo.