
En los últimos años, las sitcom (comedias de situación) se han convertido en uno de nuestros formatos televisivos favoritos. Pero, ¿por qué están teniendo tanto éxito? ¿existe una fórmula secreta? Vamos a analizar qué es lo que tienen para que nos gusten tanto este tipo de series:
Porque a veces son disparatadamente absurdas
Lo mejor de ver una sitcom, por lo general, es que nunca sabes cuando pueden arrancarte una carcajada. Y esta capacidad de sorprendernos nos encanta. De hecho, los personajes más disparatados (como Phil Dunphy, Barney, Chandler, etc) suelen ser nuestros favoritos.
Porque no requieren mucho tiempo
Vale, si nos ponemos a calcular todos los capítulos juntos de algunas de ellas, nos puede salir una buena cantidad de horas de emisión. Pero lo bueno de este tipo de series es que los capítulos suelen durar poco tiempo y por tanto, no nos cuesta mucho ver un capítulo con frecuencia. Por lo general a mi se me hacen cortos pero no hay mejor sensación que llegar a casa con cansancio, ponerte un capítulo de tu serie favorita (o la que estés viendo) y prepararte para reír.
Porque representan aspectos de tu alrededor
Aunque sabemos que es ficción, hay algunas series en las que puedes ver a ciertos amigos/familiares reflejados en los perfiles de los personajes y eso es genial. De hecho, este tipo de cosas hacen que implementemos elementos de las series en nuestro día a día. ¿O vosotros nunca le habéis hecho a algún amigo un «conoces a Ted«?
Porque nos sentimos identificados con la trama
Quizá uno de los puntos más importantes de las sitcoms, sea éste. Es cierto que ver el glamour de Sexo en Nueva York nos gusta, que en algún momento u otro nos gustaría ser un poco Carrie Bradshaw, pero la realidad, nuestro día a día, es bastante más diferente a ese papel aspiracional.
Ver aspectos de nuestra vida reflejados en una serie provoca una conexión instantánea con los personajes. Y si además, lo tratan con humor y ridiculizan algo que hacemos o un momento de nuestro día a día, mejor que mejor.
Porque aunque tenga toques humorísticos, también los tiene tristes
Ver una serie en la que todo sea maravilloso o todo sea horrible sería extremadamente cargante. Uno de sus puntos fuertes es que aunque traten temas desde el humor, siempre hay algún toque dramático, triste, que convierte la serie en algo más real y que consigue bajarla a nuestra vida.
Porque tienen algo que a ti te gustaría tener
Seamos conscientes o no, a todos nos gustaría tener a nuestro lado a un Sheldon Cooper (de vez en cuando), tener un amigo que siempre sale con traje, que un amigo viva al otro lado del pasillo, unos padres lo suficientemente locos como para crear las mejores fiestas de halloween, una historia de amor de «serie», etc.
Como veis, son varias las cosas por las que tienen éxito estos formatos televisivos pero lo que si es seguro, es que funcionan y que nos lo pasamos genial viendo esas series. ¿Añadiríais alguna razón más?